jueves, 30 de junio de 2016

Teyuna sagrada: Las sorpresas de Ciudad Perdida.

Estaba emocionada, y comencé a subir los escalones al paso del primer guía hasta que me cansé. Entonces nos detuvimos un poco para observar el paisaje con tranquilidad, y tomar un par de fotos. Las piedras que subíamos, los escalones, estaban cubiertos de una capa de musgo por los lados.
Llegamos unos minutos después que los demás del grupo, nos estaban esperando cerca al mapa que indica el recorrido. Marrón comenzó a explicarnos el recorrido, una vuelta completa a la ciudad sagrada de los Tayrona.
Éste es Marrón
¿Cómo desaparecieron? Bueno, eso es culpa de la ocupación de los españoles. Cuando llegaron y encontraron que la Sierra era un lugar privilegiado, empezaron a hacer su magia, sus destrucciones.
Obviamente no llegarían hasta acá, en ese momento no habían toures (Ok, mal chiste). Los Tayronas que se encontraban en Teyuna tuvieron que bajar para poder a defender a su pueblo, al que estaba en la parte de abajo. Y, como lo expliqué en el post anterior, bajaban todos: hombres, mujeres, niños. De esta manera construyen sus hogares, de esta manera se defienden; en familia. Subían de vez en cuando, me imagino, para pedir instrucciones a sus antepasados. Muchos de ellos se suicidaron, y otros cuantos se escondieron, se camuflaron y son los padres de las 4 tribus de indígenas que quedan en la Sierra Nevada.
Los máximos dirigentes de las tribus se reúnen cada septiembre, y en esa época cierran la posibilidad de que los turistas suban, una semana sin recorridos turísticos (así que hay que enterarse de eso antes de subir).
En esos "círculos" que se ven en el piso, antes hubo casas, y debajo de ellas (como todavía) se
enterraban a los que vivían en el lugar.
Toda la Ciudad Perdida fue construida con rocas de la misma montaña y cortadas de la manera más inteligente. Eran calentadas, se fijaba el camino por donde se iba a cortar y después se les ponía agua y se cortaba ella misma. Las piedras de la montaña son porosas, por lo que, estando un poco calientes, se acomodaban y se "pegaban" con barro, y una vez se secaba el barro, ya estaba absorbido por las piedras, y, bueno, aparentemente era un nivel efectivo a prueba de todo.
Y esta invención sigue en la sangre de esta gente,
estando muy cerca de la llegada hay un puente gigante de metal, y Marrón nos contaba que el predecesor, hecho por los indígenas de la zona, era un árbol que atravesaba de lado a lado. ¿Cómo encontraron un árbol tan grande? ¿Cómo lo cortaron? ¿Cómo lo llevaron hasta allá? ¿Cómo lo pasaron de un lado a otro? Bueno, los conocimientos de arquitectura e ingeniería de este pueblo siguen siendo admirablemente misteriosos. El siguiente puente que ellos mismo construyeron, era un sistema de poleas (ya con metal, una combinación de conocimientos "civilizados") con una canasta para halar de un lado al que venía.
Pero toda la experiencia de asombro no se queda ahí (definitivamente hay cosas que me son imposibles de explicar), llegar a este lugar no solamente resultó ser un logro de paciencia y constancia, una prueba de compañerismo, y una bendición, resultó ser un privilegio. Cuando vi la roca de la mitad, la que tanto había anhelado visitar, no pude dejar de llorar. Estaba ahí, no eran fotos, era el aire que los ancestros respiraron.
La roca tiene forma de rana, uno de los animales más significativos e importantes para esta cultura. La rana es símbolo
de fertilidad, y, claramente es importante para ellos reproducirse para seguir viviendo en este mundo y para continuar el legado, pero la fertilidad también habla de los suelos, del progreso en todos los aspectos de la vida.
Los indígenas dejan piedras, algodón y frutas en la piedra como ofrenda. Yo me di cuenta de que no había llevado nada ¡lo había olvidado!, pero mi compañero había cargado todo el camino una roca hermosa que encontramos en el camino y me la entregó. La guardó y la llevó para que yo pudiera hacer la ofrenda (luego me tomó la foto). Me derretí, y luego fui a seguir llorando y a hacer mi ofrenda al sitio sagrado.
Yo pensé que no podía ser más emocionante la visita al lugar, cuando Marrón nos dijo que iríamos a visitar la casa "ceremonial" del Mamo, que por esos días se encontraba en aquel sitio y no en su casa entre la Sierra. Si el hombre estaba disponible, le pediría que hablar con nosotros.
El sueño se hizo realidad, y el Mamo, el máximo representante espiritual de los Kogui se encontraba disponible, y estuvo dispuesto a hablar con nosotros, a recibir nuestras preguntas y responder a nuestras inquietudes. Debido a que en un momento parecía que nos extenderíamos mucho, Marrón prometió extender en la noche la explicación de los temas.
Las respuestas del Mamo eran muy sabias, eso era evidente. Contestaba con tranquilidad y con la simpleza que solo se logra después de muchos años de tranquilidad.
Que cómo se comunica con la tierra. Viniendo a la tierra de
El trono donde se sentaba el dirigente (ahí vimos una serpiente)
sus ancestros y por medio de adivinaciones. Que cómo elige a su sucesor, por medio de adivinaciones a una determinada edad lo lleva a un sitio alejado de todo el mundo para meditar y enseñarle lo que él sabe de la naturaleza, la cultura y demás. Que si le gustaba que fuéramos personas, estaba bien. Que si usaban la astrología para plantar, sí, la luna sobre todo y las adivinaciones en especial, en las estrellas están sus antepasados.
El Mamo, nos contó Marrón esa noche, era el encargado de realizar los matrimonios y las introducciones de los varones a "ser hombres", un proceso que sucede a los 18
antes de cumplir los 19. Las mujeres, en cambio, se convierten en mujeres, cuando tienen su primer periodo.
Cuando los hombres se convierten en hombres, el Mamo los lleva a un lugar especial, en el que son apartados por una semana completa sin ver ninguna clase de luz. Se dedican a meditar y a recibir información del Mamo. Cuando terminan con esta semana, el Mamo les entrega el poporo y les enseña su significado: el calabazo representa el útero de la mujer, y el palo, el órgano reproductor masculino. El movimiento que se realiza simboliza la relación sexual (la importancia de la fertilidad en el asunto). Dentro del Poporo, el hombre lleva polvo hecho de conchas de caracol, que reciben un tratamiento al fuego y luego moliéndolas. El hombre se pone hojas de coca en el cachete y va masticándolas todo el tiempo, unta el palo en la boca, luego en polvo y escribe en la punta del Poporo (escribiendo sus pensamientos, sus sentimientos, sus meditaciones, de una manera simbólica). Esto va creando una capa alrededor de la punta del Poporo, una capa que va creciendo cada vez más y suele ser de un color amarillento. Cuando ésta se pone de color café o más oscuro, el
portador del Poporo debe ir a donde el mamo, porque es un reflejo de que algo anda mal espiritualmente. Ahora, el Poporo se lo entregan al muchacho, quien lo recibe con el brazo entendido, en la palma de la mano. Debe mantenerlo en esta posición por 40 minutos, si falla tiene que volverlo a intentar hasta que lo logre.
Por otro lado, las hojas de coca las preparan las mujeres. Una vez recolectadas, las ponen en una mochila y meten piedras calientes, cierran y agitan. El uso de la coca, mambear, significa mucho, es una conexión entre la ancestral planta, la mente y el espíritu de quien lo hace.
Ahora, con respecto a las mujeres, cuando se convierten en mujeres, están encerradas también 7 días, pero ellas sí pueden tener contacto con la luz. Dar el paso hacia la adultez de parte de las mujeres o los hombres significa lo mismo: poder casarse.
En el siguiente post prometo terminar la historia, contar cómo se casan, y chismosearles de mi vuelta a la "civilización". Gracias por leer, por comentar y por compartir.

martes, 28 de junio de 2016

Rapidito: Todo lo que necesitas saber sobre Ciudad Perdida

¿Cómo llegar?
La manera más fácil es hacerlo desde Santa Marta. En Taganga también es fácil tomar el Tour. Algunos ofrecen el tour desde Riohacha.
Primero una camioneta lo lleva a hora y media de Santa Marta, a una tienda, y luego a una hora más en Machete Pelado  por carretera destapada. Ahí se toma el primer almuerzo y se comienza el recorrido. Después de eso serán 4 días hermosos caminando.


¿Cuánto cuesta?
Hay diferentes empresas, pero todas tienen un consenso de cobrar $700.000 pesos (incluso si son varias personas) sin importar si se realiza el tour en 4, 5 o 6 días. Si ofrecen otro precio diferente, desconfía.
El precio cubre todas las comidas, refrigerios de fruta, agua, estadía en los campamentos, entrada a los lugares, colaboraciones a las comunidades indígenas, el pago de la gente que acompaña el tour (guías, cocineros, etc), las mulas que cargan la comida,

¿Qué empresa escoger?
Diferentes empresas realizan el tour. Después de averiguar, este es mi TOP 3:

3: Expotour

La ventaja es que son los que más colombianos llevan,
entonces probablemente el tour sea 100% en español.
Usualmente tienen grupos pequeños, por lo que puede ser más personalizado.
Son muy amables y se les puede contactar en info@expotur-eco.com. A mí me atendió Cristián Rueda, un asesor muy amable.
Carrera 3 # 17-27 Tel. +57(5)  4207739- Cel. +57 3205111458 Santa Marta ( Centro Histórico)
Calle 18   # 2a 07 Tel. +57(5)  4219577- Cel. +57 3114182706 Santa Marta ( Taganga)
Carrera 5 # 3a-02 Tel. +57(5)  7288232- Cel. +57 3205111458 Riohacha (Guajira)

2: Wiwa Tour

La ventaja es que es una empresa que maneja solo indígenas como guías y los fondos van para las comunidades. La desventaja es que algunos de ellos no tienen un manejo total del español.
Van a un paso bastante rápido, los que vi. Se necesita reservar con 4 días de antelación y son poco flexibles con eso.

Wiwa Tour Colombia S.A.S
+57 5 4203413
info@wiwatour.com
www.wiwatour.com

También es posible chatear con ellos en su página de FaceBook, pero se demoran en contestar y no es tan personalizada la atención.

1: MagicTour

Los escogí por la amabilidad con la que nos atendieron. Responden rápido a FaceBook, al teléfono. Nos recogieron en el aeropuerto, nos permitieron pagar con tarjeta en la camioneta. Recogen en el hotel (aunque esto también lo hacen las demás empresas). 
Si puedes reservar con tiempo, solicita al guía Marrón, un hombre que está muy relacionado con la
cultura Tayrona, y hace del viaje una experiencia enriquecedora.

TAGANGA

Street 14 No. 1B -50
Tel: (+57) (+5) 421-9429
Cel: (+57) 317 679 2441
Taganga, Colombia
SANTA MARTA

Street 16 No. 4.41
Tel: (57+5) 421-5820
Cel: (+57) 317 679 2441
Santa Marta, Colombia


¿Qué llevar?

  1. La maleta más liviana posible. (Recuerda que estarás caminando con ella todo ella)
  2. Tennis o botas de escalar o de trekking. (El camino puede tener barro por momentos)
  3. Sandalias o chanclas. (Es necesario pasar ríos caminando, también para entrar a las duchas)
  4. Una bolsa plástica de basura (o un impermeable para la maleta). Con esta se envuelve la maleta en caso de lluvia.
  5. Bolsas plásticas para guardar la ropa mojada. Ya sea por sudor o por lluvia, o por haber lavado la ropa, es necesario saber que en algunos lugares no se secará la ropa por la humedad. 
  6. Ropa para caminata. Bermudas, pantalones frescos, camisetas livianas. Lo menos posible. Si
    hay camisetas de secado rápido, incluso puedes llevar menos ropa. 
  7. Ropa interior (la menos calurosa que encuentres)
  8. Al menos un pantalón largo para las noches en las que los zancudos están hambrientos.
  9. Medias. Recuerda que se mojarán en el camino. Lleva al menos un par por día.
  10. Repelente y protector. El sol que parece escondido también quema, y los zancudos en medio de la selva pican.
  11. Botella de agua llena. El primer día dependerás del agua que lleves, de ahí en adelante la puedes recargar en cada campamento sin costo alguno (todos incluyen todo).
  12. Linterna, en las noches de campo poco se ve (y si la llevas, recuerda apagarla en la noche para ver las estrellas y las luciérnagas).
  13. Cámara fotográfica porque no querrás perderte esos pequeños momentos, o al menos celular (al menos yo
    renuncié a llevar el trípode por el tipo de camino, la idea es que sea muy ligero el viaje).
  14. Vestido de baño: en cada campamento hay una piscina natural o un río que puedes disfrutar.
  15. Medicinas personales. Aunque hay un botiquín básico, que no se te quede lo que usas.
  16. Un sombrero o una cachucha (por si hace mucho sol).
  17. Toalla.
  18. Implementos BÁSICOS de aseo.
  19. Una camisa manga larga, o saquito ligero, por los zancudos y porque a veces hace frío.
  20. Buena disposición y paciencia.


¿Qué no llevar?

  1. Carpa y sleeping. En todos los campamentos se ofrecen hamacas o camarotes con cobijas y almohadas.
  2. Maquillaje y cosas innecesarias para la caminata. (Al segundo día te prometo que lo que menos importa es cómo te ves).
  3. Impermeables pesados. Yo voto por mojarme ;)
  4. Equipos electrónicos que se puedan dañar, o mojar.
¿Qué esperar?



  1. Electricidad: El primer día, en el primer campamento, habrá servicio eléctrico, y es posible que encuentres una toma vacía para cargar alguna cosa. De ahí en adelante no será posible, por lo que si necesitas más energía, piensa en baterías, y recuerda que entre más peso, más compleja la subida.
  2. Tecnología: Despídete desde el primer día de tu señal de celular. No la necesitarás.
  3. Dormir: Dormir en hamaca o en camarotes muy cercanos. Todos tienen mosquiteros. Yo prefiero la hamaca por la humedad, y la clave para no amanecer con dolor de espalda, es acostarse en diagonal. 
  4. La comida: es campesina, de rica sazón y en grandes cantidades, así que no te preocupes por llevar. También son abiertos a los que solo comen menús vegetarianos, bajos en azúcar, etc, pero hay que avisarles con antelación.
  5. Los bichos: en especial en la noche pueden picar mucho, es mejor armarse de un buen repelente. En Ciudad Perdida, al llegar, es donde más bichos encontré. 
  6. Un paisaje maravilloso: Desprenderse un rato de la realidad, pensar, respirar, escuchar.
  7. Comunidades indígenas: Se ven en varias partes del recorrido, son muy amables y abiertos.
  8. Salud: Algunas personas que no viven a grandes alturas pueden marearse un poco, pero no va a ser nada grave. El aire es húmedo, pero es mucho más fresco que Santa Marta. Al segundo día ya estarán bien.
  9. Aprendizaje: De los guías, de la naturaleza, del lugar sagrado.
  10. Condiciones: Sudar, mojarse, embarrarse, tal vez caerse, asolearse, divertirse, conocer nuevas personas, nadar en ríos. 


Itinerario 


Les dejo el link de Magic Tour, que resume muy bien el itinerario:

http://magictourcolombia.com/tours-2/ciudad-perdida/ciudad-perdida-4-dias/?lang=es

Recomendaciones

  1. Que el equipaje sea el mínimo posible. Después de dos días de caminata, estar perfectamente bien presentado, no importa mucho.
  2. No tomes agua del río. Aunque es puro y viene de nacimiento de la Sierra, el estómago puede no estar acostumbrado y nadie quiere caminar con urgencias.
  3. Cuando camines, mantén un ritmo, así sea lento. Procura no parar porque los cambios de ritmo agotan más.
  4. Abre los ojos, el camino no solo está en el suelo. Hay una variedad increíble de plantas, de pájaros, de animales en general, un paisaje asombroso.
  5. Respira, toma todo con calma, y recuerda que cualquier esfuerzo, bien valdrá la pena.
  6. Es bueno que encuentres un bastón de palo, ayuda a caminar en las bajadas cuando está muy húmedo el piso. 
  7. Pregunta antes de tomar una foto a las personas para que no se molesten.
  8. A veces vas a encontrar niños pidiendo dulces, si llevas un par, puedes ver sonreír a los Kogui.
  9. Déjale propina al guía. Su trabajo es arduo, y toda la responsabilidad está sobre su cabeza.
  10. Si puedes prepararte un mes antes con deporte, como subiendo Monserrate,
    mucho mejor. 
  11. El último día, desde el primer campamento (de bajada), es posible contratar motos por 20 mil para terminar el recorrido por si se está muy cansado (en mi caso dije, llegué caminando, me voy caminando).
  12. También es posible alquilar mulas para que suban el equipaje o a la gente (yo digo que la idea es caminar, pero ya tienen el dato).
  13. Tómate unos minutos para meditar en Teyuna. recuerda que ahí están enterrados los ancestros, los Tayrona. 
  14. Ser cuidadoso con las cosas que se llevan, para no dejarlas en los campamentos o en ciudad perdida.
  15. Disfrutar.
Si todavía te quedan preguntas, por favor en los comentarios.

jueves, 23 de junio de 2016

Los Kogui y el camino al lugar sagrado.

Amaneció el segundo día me sentía descansada y feliz. Casi nadie había logrado dormir. Comenzamos la caminata tan pronto como desayunamos. El camino se hacía más difícil, habían dos subidas duras, según nos informaron y nosotros comprobamos. Cada una o dos horas había un descanso para comer fruta. Ver un pedazo de patilla o una piña, me emocionaba como nunca me ha emocionado la fruta.
Esta caminara fue muy interesante, pude concentrarme en el panorama gran parte del tiempo y me sentía un poco como Frodo.
Atravesamos ríos, paisajes muy verdes y otros también llenos de barro. En un punto Marrón, el guía, nos pidió que nos detuviéramos para apreciar de cerca una comunidad Kogui (Y quiero que se paren un momento a ver la primera foto que fue tomada en este sitio: la mejor foto del viaje). 
Esas casas tan comunes y representativas de estas tribus, no son sus casas permanentes. Son las casas de celebración, por decirlo de algún modo. Cada familia Kogui tiene un terreno donde vive, tienen su casa y sus cultivos, pero estos son los centros sociales.
En este lugar, cada comunidad tiene dos casas, la de la mujer y la del hombre. Lo anterior debido a que el hombre, encargado de la mayoría del trabajo físico, necesita descansar y la esposa y los niños pueden llegar a ser una distracción. Las casas las construye la comunidad cuando hay un matrimonio. Es la manera de darle la bienvenida a esta nueva familia. En la construcción participa toda la comunidad, desde los más pequeños hasta los más grandes. Los niños que se pueden poner de pie apenas, por ejemplo, participan en pisar el barro con el que se pegarán los maderos.
En este centro de la ciudad (El Downtown Kogui) también hay dos casas mucho más grandes que las demás, y es donde los hombres y las mujeres, por separado, se reúnen a meditar.
Las mujeres meditan mediante el tejido y los hombres mediante la hechura de collares o la manipulación de su Poporo (de esto les hablo un poquito más adelante).
Otra de las formas femeninas de meditar es mediante la manipulación de la planta sagrada: La coca.
Es increíble que una planta sagrada como es esta haya sido tan tergiversada, pero su manipulación por parte de estos indígenas muestra mucho de su carácter sagrado. Los hombres no pueden arrancar las hojas, solo las mujeres, y ellas sólo arrancan las que tienen un color verde vivo (después les cuento qué se hace con las plantas). Una por una (a diferencia de la manera en la que recolectan los que tienen fines turbios, que lo hace cualquiera en cantidad). Las mujeres las van arrancando, muchas veces con los niños pequeños colgados en su cabeza dentro de una mochila tejida por ellas mismas. Van cantando y al mismo tiempo meditando.
En la tarde nos llovió, lo que hizo al camino mucho más refrescante, pero también pesado. Ya los caminos se cubrían con una capa de barro, lo que los hacía muy resbalosos (y yo contenta con mis botas). En una de las paradas estaba deseando naranjas, y el deseo se me hizo realidad. 
Casas ocasionales Khogis

Los niños que se ven por estos caminos (en las tiendas para los viajeros que hacemos recorridos y los locales) van aprendiendo tanto el wayuunaiky y español, y así también sus tradiciones y culturas se van mezclando.Ese día jugaba Colombia contra USA, y el más grande de los niños estaba deseoso de verlo. 
El más pequeño de los niños (Ismael) llevaba una camiseta del Barcelona. Se preguntarán ustedes si es fácil distinguir un niño de una niña (si importa, pero la distinción es linda) y les voy a dar la clave (porque a veces esta edad es un poco engañosa, y ellos no siempre le cortan el pelo a los niños y se lo dejan crecer a las niñas): las niñas llevan collares hechos por el padre, mientras los niños llevan mochilas hechas por las madres. Los niños, o más bien el niño mayor, nos contó que también el padre es el responsable de hacer los utensilios y las artesanías.
Después de una caminata larga y difícil, por fin llegamos al último campamento. El campamento del Mamo, nos dijeron. Y es que el Mamo, el máximo líder espiritual, vive muy cerca, y también estábamos muy cerca de Ciudad perdida. Estábamos a solo unas horas de llegar al destino.
Una compañera de camino, tan o más adolorida que yo de la caminata, me preguntó si yo pensaba que valía la pena tanto sacrificio, y yo le respondí lo que aún creo, que el camino está lleno de revelaciones, pero no son inmediatas. Faltarán años para entenderlas.
 Me envolví en las cobijas y me acosté temprano, intentando dormir. Pero es imposible dormir en tales condiciones: la humedad, la lluvia cayendo, el dolor en el dedo (un dolor palpitante), y la cercanía con Ciudad Perdida. ¡Ya estaba a mitad de camino! Estaba a una hora de la meta. Pero la cabeza estaba tratando de procesar tanto que había aprendido, cómo me había probado, y lo afortunada que era por llegar hasta ahí. Esa noche, entre todo lo que dormí, dudo recoger 2 horas.

Me levanté temprano y pedí a Marrón el botiquín, me preocupé por la herida que llevaba en el pie que empeoraban las horas de caminata y la humedad. Comenzamos la travesía con una botella de agua, el repelente y la emoción. Marrón estaba algo enojado con nuestra demora, creo que fuimos el último grupo en salir; entonces empecé a "componerle" vallenatos para hacerlo reír. 
Después de un rato de caminata, que incluyó balancearme por piedras de río con la cámara en la mano, miramos hacia arriba. Nos esperaban 1260 escalones para llegar a Teyuna. 1260 escalones de la meta.

miércoles, 15 de junio de 2016

Ciudad Perdida: Retroceder nunca... rendirse jamás

Tal vez esta haya sido la aventura que más probó mi voluntad, mi fuerza física pero sobre todo mental. A ver si no salgo como una floja después de contarlo todo.
Después de tres días de viaje rápido para llegar a Punta Gallinas, llegamos a descansar en Santa Marta. Al día siguiente, un carro de Magic Tour nos recogería a las 8 de la mañana (El tour cuesta 700 mil en todas las agencias autorizadas que lo hacen y puede variar de 4 a 6 días de recorrido).
Y me levanté con ánimo, me puse las botas ya opacas por la arena de la Guajira, y las amarré bien. Voy a notar que una piedrita en la playa de Riohacha me lastimó el pie, pero no le puse mucha atención a la herida, hasta aquí no era mñas que un rasponcito.
El desayuno fue arepa con huevo perico y jugo de naranja en el carrito de la Y en el Rodadero sur cerca a Gaira (tienen que ir cuando puedan). Y el carro nos recogió mientras hablábamos de esto y aquello con un local.
Muy amable Carlos nos recogió y nos recordó por qué escogimos la agencia: fueron los más amables en el trato, inclusive nos recogieron en el aeropuerto el día que llegamos y nos guardaron la mochila para solo llevar lo necesario. Fue una excelente elección.
Cuando llegamos a la agencia empezaron mis temores. Todavía no me siento vieja, pero ver pelados tan chiquitos me puso nerviosa, se veían deportistas, enérgicos, pero yo estaba decidida a lograrlo.
Nos llevaron en una van en donde éramos los únicos colombianos, y fue muy parecido el resto del camino. Un Guajiro, un guía que estaba a cargo de 4 o 5 personas, hacía chistes todo el tiempo a dos mujeres de Bélgica y una española. Fue más de una hora de su perorata (que en ese momento ya me molestaba, pero de bajada de la montaña me sería algo preciado).
Nos detuvimos en una tienda para comprar lo que hiciera falta, en nuestro caso papel higiénico y agua.
Por una hora más de camino de tierra empezamos a meternos entre la hierba (yo venía del desierto, así que el cambio fue brusco). El calor de la camioneta sin aire acondicionado ya nos estaba mostrando lo que sería el viaje. Paramos en el pueblo de Machete Pelado, que se llama así porque era la manera en la que se resolvían los problemas (antes, dicen). Ahí almorzamos de una manera muy sencilla pero precisa para el viaje. Nuestro guía se presentó: José era su nombre pero le podíamos decir Marrón (apodo que se ganó cuando unos extranjeros le dijeron que no era negro ni blanco, entonces, qué era) y estaría acompañado por un traductor: Hernando, un joven de 22 años.
Pretendíamos hacer el camino en 5 días, pero por un error en la oficina nos enviaron con los demás, en 4 días, y el guía nos dijo que si queríamos podíamos quedarnos en el primer campamento pero cuando estuviéramos de vuelta.
Ahí me asusté, vi a todos los muchachos y dije, ¿voy a ser capaz con el ritmo? (Me siento hablando como viejita, tengo 30 pero esta vez se iba a notar). Éramos en el grupo de Marrón 11, y mis compañeros tenían edades entre los 18 y los 25 (aclaro que el de 25 se veía viejo al lado de los demás y era bastante fornidito), una española estaba más inclinada a nuestra edad. 4 holandeses, 2 belgas, 1 Irlandés, 1 neozelandesa, 1 española y los 2 colombianos.

El camino comenzó plano, verde, animado. Empezamos a hablar con Marian (la española), a compartir experiencias, a saber por qué estábamos ahí, del aire húmedo, de los pulmones. Todo iba bien hasta que las subidas empezaron. Fue entonces cuando la cabeza empezó a jugarme malas pasadas, dejé de hablar y cuando uno deja de distraerse queda con uno mismo. Nadie más.
"¿Y si no puedo?, esta subida está demasiado inclinada, van a ser 4 días de esta caminata, 8 horas tal vez a partir de mañana, ¿quién se queda conmigo si no soy capaz? ¿Tendré que
devolverme? Los guías dijeron que estas subidas eran fáciles para las que se vienen".
Llevábamos tal vez 2 horas o menos de recorrido y entonces dije, no puedo. No voy a poder, y me llegó un ataque de ansiedad. Nos pasaron todos y me quedé al final. Mi compañero se quedó conmigo. Se ofreció a llevarme la maleta, y la tomó. Yo sabía que ese no era el problema. Podía respirar bien, no me dolía ninguna parte del cuerpo. Empecé a caminar a paso más lento, y subimos un kilómetro más hasta donde los demás estaban descansando y tomando jugo de naranja. Me quedé mirando un burrito que quién sabe
cuántas subidas y bajadas ya había hecho a la Sierra. Me tranquilicé, mi problema no era mi cuerpo, era mi mente.
Necesitaba encontrar un ritmo, me dijo el guía, el mío propio, así me demorara un poco más. De nuevo retomé con mi maleta, entendiendo que mi cabeza no necesitaba pensar en los 4 días, sino en el siguiente paso. Mi compañero me dijo "lo único que tienes que hacer es caminar". Y era cierto. Estaba pensando mucho más allá de lo que necesitaba.
La siguiente parada fue mucho más placentera, el guía se paró y nos contó de los líos de cultivos ilícitos que habían colmado la Sierra y de cómo el gobierno en su infinita sabiduría (sarcasmo) había decidido utilizar glifosato vía aérea, dejando los terrenos para siempre infértiles (lo que se siembre sigue creciendo con la majestuosidad de una tierra bendecida, pero sus plantas no dan frutos).
Marrón también tranquilizó a los caminantes extranjeros con la protección del ejército que fijaba sus bases en varios lugares para asegurar los pasos de los turistas.
La reputación del ejército está bastante clara para la gente de la zona, en el carro, el otro guía, Bruno, les decía a las mujeres que el militar, el soldado protege, y el policía roba. Les enseñó a mostrarles el pulgar arriba en muestra de agradecimiento por su labor.
Seguimos caminando, ya a un paso más lento, a veces con Marian y uno de los guías (que se iban turnando por paradas para tomar la delantera), otras veces un poco más adelante de ellos. Hasta que, casi 4 horas después, llegamos al primer campamento, el de Adán (Nos advirtieron que no había Evas).
El campamento tenía cerca de ahí una piscina natural, y cuando llegamos, 15 minutos después de que los demás hubieran  llegado, escuchamos los gritos de juego de los muchachos que se estaban lanzando desde una piedra. Nos cambiamos y los seguimos. ¡Nunca me había parecido tan relajante el agua fría!
El campamento tenía electricidad, por lo que pude recargar el celular (que no tenía señal pero servía para foticos), e incluso acompañar a los guías un rato a ver el partido. Inclusive un niño de una comunidad Kogui se quedó un rato viendo Alf.
Nos ofrecieron camarotes y hamacas. Nosotros hicimos la elección de hamacas pues no me imaginaba soportar el calor del ambiente y el de los vecinos. Además de que... después de 4 horas de caminata no esperaba que oliera bien la ropa de mis compañeros (todas estas "pendejadas" se me fueron quitando con el correr de los días, el cansancio y el dolor jejeje).
Comimos pescado fresco, y escuchamos un rato las historias de Marrón. Él es el encargado por parte de la agencia de hacer todos los arreglos del viaje. Él contrata la gente que cocina, que limpia, que lleva los alimentos, etc. La mayoría, son como él, desmovilizados de los Paramilitares, que decidieron que lo suyo no es la guerra sino eso, la naturaleza, la vida. Tomé o traté de tomar un par de fotos (la lluvia no me dejaba salir). Luego me acosté en la hamaca a leer, pero poco me duró la lectura, estaba muy cansada. Tal vez me dormí a las 9 y seguí derecho hasta las 5 de la mañana, cuando ya teníamos que alistarnos y desayunar para partir al segundo día de caminata.