Santa Bárbara Bendita
El sol pleno se clava en el cielo, en medio de un azul nítido, acompañado a veces de unas escasas nubes que parecen casi transparentes y con tendencia a la desaparición. Yo levanto los ojos saturados de luz, arrugándolos para poder distinguir algo. “La casa amarilla”, casa de huéspedes me llama hacia su triángulo de sombra, pero no, no tienen cuartos disponibles. En el lugar del viajero hay camas en cuartos compartidos y muchos europeos para los gustos de mi nariz rola que al único olor al que está acostumbrada es al de la leche simplona (a eso nos dicen que olemos, pero si alguno tiene otra idea por favor hágamela llegar).
Me paseo el
pueblo en camiseta negra (que me cambio al primer chance), con la cara roja cubierta por un sombrero, la espalda
empapada por mi maleta cargada y por fin decido estacionar en el Hostal La
Magdalena por treinta mil la noche incluido el aire acondicionado.
Las calles
de Macondo están plagadas de seres casi humanos que caminan despacio para que
el calor no los afecte tanto, por trabajadores que llevan y traen mercancía en
los burros, hombres que me gritan que si entiendo español, que si me caso con ellos muñeca, preciosa, princes, y motos y mototaxis que hace recorridos por mil pesos y la hora por
diecisiete mil.
Manuel, un
hombre moreno de sonrisa incompleta, me hace un descuento para llevarme a
recorrer Mompox a pesar de las pérdidas que le representa llevar solo una
persona por el recorrido guiado.
Me lleva a la primera iglesia, la más bonita, me dice él y yo concuerdo; la Iglesia de Santa Bárbara. Me emociono por primera vez al escuchar tantas Aes juntas, por primera vez escucho el nombre de vocal abierta con toda le belleza que lleva, recuerdo a Amaranta.
Me lleva a la primera iglesia, la más bonita, me dice él y yo concuerdo; la Iglesia de Santa Bárbara. Me emociono por primera vez al escuchar tantas Aes juntas, por primera vez escucho el nombre de vocal abierta con toda le belleza que lleva, recuerdo a Amaranta.
La iglesia
tiene una arquitectura bastante peculiar. Combina una torre digna de las mil y
una noches y una iglesia bastante colombiana al lado. La torre fue hecha por un
árabe musulmán para encerrar a su hija. Bárbara, esta mujer que debía llamar la
atención en el pueblo por su vestimenta que cubría todo excepto sus ojos,
recibía instrucción particular de un profesor cristiano. La relación estrecha
tuvo que convertir la atracción en fe ciega, entonces el amor la bautizó al
cristianismo. El padre, enojado, mandó a construir la torre de cuatro pisos y
encerró a su hija buscando hacerla recapacitar sobre su nueva fe y sus gustos
recientes. Pero nadie recapacita cuando el tema no es de razón, ¿verdad?
El segundo
piso de la torre tiene un balcón para que Bárbara recibiera el sol y el último
piso está decorado con una corona que representa el grado de nobleza de la
mujer. El padre, desesperado por la terquedad de su hija, la amenazó con
avergonzarla delante de todo el pueblo masculino, y ella se mantuvo firme. El
padre mandó a llamar a todos los varones del pueblo a la plaza para que fueran
espectadores de como él desgarraba con una espada las vestiduras de su hija,
cada trozo de ropa que le arrancaba se convertía en una nube nueva que empezaba
a cubrir el cielo. Un espadazo inclusive le hirió un seno. Bárbara seguía firme
en su fe, y el padre se la llevó a un sitio lejano en donde pretendía cortarle la cabeza. El día soleado se contradijo con una tormenta salida de la nada y
cuando él extendió el brazo para tomar fuerza, un rayo lo alcanzó acabando con
su vida.
Dicen que
dentro de la iglesia se encuentra una estatua de Bárbara sosteniendo la cabeza
de su padre pero no lo pude comprobar porque no abrieron la iglesia. Y en el
pueblo nadie supo por qué, si tienen otras siete iglesias me imagino que no
tienen por qué quejarse.
La iglesia
fue erigida posteriormente para honrar a la Santa. El guía me advirtió lo
cierto del dicho, después de un rayo, no hay Santa Bárbara que valga.
Mompox de Santa Cruz recibe su nombre en 1537 por su fundador, aunque Alonso de Heredia se suponía era el primero en llegar, tuvo que ir a Cartagena a salvar a su hermano Pedro de la cárcel, pero cuando llegó ahí fue también encarcelado. Esto me lo cuenta Manuel mientras se detiene a comprar por mil pesos una mazorca a una mujer que grita "maíz" en una bicicleta. Es el primer lugar en el mundo en el que veo que cocinan la mazorca con cáscara. Es bastante delgada y de granos pequeños. Más bien dulce, lo descubro cuando mi guía, amablemente, me alcanza la mazorca y me dice que la parta en dos. Creo que nunca me había llegado el maíz tan cerca al corazón.
La iglesia de San Francisco se acompaña de un convento y colegio al que asisten los hijos de la comunidad adinerada de Mompox. Manuel dice que nadie del común tiene la oportunidad de estudiar ahí, y yo me río porque es una comunidad franciscana la más chic, me imagino que de haber estudiado en Mompox, Nena Daconte y Fermina Daza hubieran sido compañeras en este colegio.
En Mompox tierra de Dios, me informa mi guía, no han habido asesinatos por robos ni muertes violentas en muchos años. El último fue Santiago Nasar, digo yo, y con eso propongo nuestra siguiente parada. ¿No es hermoso cuando un guía ha leído tanto a Gabo que entiende este tipo de chistes flojos?
Y en este son pacífico estamos cuando un paisa se baja enojado (y por la manera en la que arrastra y baila su lengua entre las palabras, diría yo que borracho) y un dueño de moto inician una discusión por el dinero a pagar. Manuel se pone de pie para que el turista sepa que el compañero no está solo y su compañero se envalentona poniéndose de pie ante las amenazas del paisa de romperle la cara (en caso de que lograra atestar un golpe, pienso yo). Al final su etapa de violencia queda solo en las palabras y en la calentura. Mompox es tierra de Dios, confirmo. El conductor deja su orgullo y abandona la escena a pesar de los insultos que siguen saliendo del cachaco.
La iglesia de San Francisco se acompaña de un convento y colegio al que asisten los hijos de la comunidad adinerada de Mompox. Manuel dice que nadie del común tiene la oportunidad de estudiar ahí, y yo me río porque es una comunidad franciscana la más chic, me imagino que de haber estudiado en Mompox, Nena Daconte y Fermina Daza hubieran sido compañeras en este colegio.
En Mompox tierra de Dios, me informa mi guía, no han habido asesinatos por robos ni muertes violentas en muchos años. El último fue Santiago Nasar, digo yo, y con eso propongo nuestra siguiente parada. ¿No es hermoso cuando un guía ha leído tanto a Gabo que entiende este tipo de chistes flojos?
Y en este son pacífico estamos cuando un paisa se baja enojado (y por la manera en la que arrastra y baila su lengua entre las palabras, diría yo que borracho) y un dueño de moto inician una discusión por el dinero a pagar. Manuel se pone de pie para que el turista sepa que el compañero no está solo y su compañero se envalentona poniéndose de pie ante las amenazas del paisa de romperle la cara (en caso de que lograra atestar un golpe, pienso yo). Al final su etapa de violencia queda solo en las palabras y en la calentura. Mompox es tierra de Dios, confirmo. El conductor deja su orgullo y abandona la escena a pesar de los insultos que siguen saliendo del cachaco.
Una aclaracíon, lo de Santa Bárbara es una leyenda que sucedió en Nicomedia Turquía, no sucedió en Mompox, por ende esta iglesia NO fue ordenada construir por el Padre de la Princesa Santa Barbara, si no por un cura Dominico llamado Fray Luis Ronquillo en 1613.
ResponderEliminarMuchas gracias Luis Alfredo. El blog trata de ser más de la tradición oral del pueblo, cabe la aclaración de que lo que escribo podría ser llamado "chisme" por lo mismo. Te agradezco un montón el aporte y espero seguir teniendo tu conocimiento en futuras entradas.
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